Durante toda la semana que duró la jornada, estos servidores anónimos, provenientes de 13 parroquias de la Arquidiócesis, específicamente de las Vicarías de La Serena, Coquimbo y Limarí, fueron el motor que mantuvo la marcha de la JNJ, desde tempranas horas de la mañana hasta altas horas de la noche.
27 de enero de 2025
La Serena
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La primera Jornada Nacional de la Juventud (JNJ) 2025 en La Serena no solo marcó un hito en la historia de la juventud católica en Chile, sino que también destacó por el trabajo incansable y lleno de amor de los voluntarios que hicieron posible esta experiencia inolvidable.
Cocina, logística, enfermería, animación, música y el cuidado de los espacios de alojamientos masivos fueron algunos de los servicios en los que estos jóvenes y adultos entregaron su tiempo y esfuerzo. Su motivación fue clara: su fe en el Señor y su profunda vocación de servicio.
Para María Soledad Jofré, esta experiencia fue una verdadera bendición: "Cada misión que se nos encomendaba llenaba mi corazón de emoción y alegría. Aunque el cansancio nos alcanzaba, entre los voluntarios nos animábamos mutuamente. Fue un regalo ver cómo nuestro trabajo, lleno de amor, transformaba vidas. No hay amor más grande que servir a los demás".
Javiera Tapia, quien viajó desde Ovalle para participar, compartió: "El cansancio fue reconfortante porque cada tarea, por más sencilla o ardua que fuera, estaba impregnada de amor. Recibir a los peregrinos y hacerlos sentir bienvenidos fue una experiencia invaluable. Este servicio es una entrega completa a Dios y una enseñanza de vida que llevaré siempre en el corazón".
Desde la parroquia “San Vicente Ferrer”, Francisca Gálvez destacó el impacto del trabajo en equipo: "Ver las sonrisas y las lágrimas de emoción de los peregrinos nos recordaba que todo valía la pena. Dios me puso aquí con un propósito claro, y este servicio renovó mi fe y me enseñó el valor de la comunidad".
Por su parte, Francisco Hernández, joven migrante, reflexionó sobre lo que significó ser parte de este esfuerzo: "Ayudar a los demás no solo mejora sus vidas, sino también la nuestra. Esta experiencia fue un recordatorio del poder del servicio y del amor de Dios. Estamos llamados a ser jóvenes comprometidos con nuestra fe, a hacer lío y a seguir diciendo sí, como María".
La JNJ 2025 no solo fue una experiencia transformadora para los miles de jóvenes que participaron, sino también para quienes, desde las sombras y con humildad, se dedicaron a servir. Hoy, el testimonio de estos voluntarios inspira a toda una generación a vivir la fe con alegría, compromiso y entrega. Sin duda, su trabajo dejó una huella imborrable en esta primera jornada, demostrando que el amor al prójimo se traduce en acción, y que en el servicio se encuentra la verdadera alegría.
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Fuente: Comunicaciones La Serena