En una emotiva homilía, Monseñor Isauro Covili destacó que la mayor alabanza al Señor es glorificarlo con la vida diaria y llamó a ser constructores de paz en medio de las guerras que afectan al mundo.
24 de diciembre de 2024
Iquique
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La noche del 24 de diciembre, en el Templo Catedral de Iquique, se celebró la solemne Misa de Nochebuena.
Numerosos fieles se congregaron en la Catedral para conmemorar el nacimiento del Niño Jesús. La eucaristía fue presidida por el hermano Isauro Covili Linfati, obispo de la Diócesis de Iquique, y concelebrada por el padre Javier Sáez, junto con los diáconos Milton Jorquera y Gabriel Alburquenque.
En su homilía, el obispo destacó que la celebración de la Navidad es una memoria de profunda fe sobre el nacimiento de Jesús. Asimismo, señaló que la mayor y más bella alabanza que cada persona puede ofrecer es glorificar al Señor con su vida, no solo durante los días de Navidad, sino como un acto de oración constante.
Reflexionando sobre la paz, el obispo subrayó que esta constituye un signo importante del pesebre. Además, hizo mención de las guerras que afectan al mundo, invitando a los presentes, a través de la contemplación del recién nacido, a ser constructores de paz. Finalizó señalando que la Navidad implica apostar siempre por la vida mediante el compartir, la empatía y la cercanía amistosa, dando testimonio del misterio que se celebra.
Al concluir la misa, como es tradicional, el diácono, sosteniendo la imagen del Niño Dios, se colocó a los pies del altar e invitó a los asistentes a acercarse para saludar y recibir la bendición del Niño Jesús.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique